_____Un día como otro cualquiera, así empezaban a ser los días, en Otogakure, empezaba a haber una nueva generación Gennin, de hecho, debería hacerse cargo de algún grupo de los nuevos integrantes del Sonido, así que aquel día estuvo más de dos horas revisando los últimos informes, las últimas anotaciones sobre los progresos de los estudiantes y demáses, era todo muy aburrido, pero necesario. Tras dos horas así, era más que merecido un descanso, al menos así se veía por su parte, y miró por la ventana de su esplendorosa casa, labrada a partir de mucho esfuerzo, donde se presentaron dos de las sirvientas que habían traído los papeles de los estudiantes, cuando Ahn, llamó a la mayor, de diez y siete años con gran calma mientras la otra chica recogía los demás datos. Ahn tenía fama de mujeriego, aunque también se le vio con hombres, era un Otokage libertino, seducía con facilidad a muchas mujeres, y muchas y muchos se sentían en atracción con él, o eso parecía al menos. Mostró a la Geisha la gran ventana que daba a la academia tras un mar de pétalos rosa provenientes de los cerezos florecidos del lugar. Allí observó a una pequeña Kunoichi, al parecer entrenando... Jutsus básicos, reconoció entre ellos el Clon, sus sentidos se fijaron en que ella tenía un chackra peculiar, y mirando mejor desde allí, pudo ver un pelo oscuro tambalearse entre el viento, fino y azabache de color, le entró mucha curiosidad, ¿Quién diría que luego de unos minutos se le aparecería delante de la misma puerta? Bajó vestido con un hermoso Yukata o Kimono masculino, con su pelo moreno arreglado y con gran afán de conocerla, miró entre las inscripciones de la academia, Hinata Hyuga, era... Interesante, una Hyuga, sería una buena Kunoichi por lo visto. Abrió la puerta una mujer menuda, de a penas catorce años, toda maquillada de blanco y de labios negros, con sombra de ojos exagerada y un Kimono blanco y negro, parecía auténticamente una mujer sin color, cada una de las sirvientas tenía su característica forma de ser maquillada en seda y pinturas.-Bienvenida, señorita, por favor, toma asiento, debo comunicarte algo.-Sus hermanos sospecharon, sobre todo Est, que después de todo era muy desconfiado ''Mira a ver que le haces a la pequeña, pervertido.''repetía el hermano rubio en su cabeza, Ahn tomó un pequeño pergamino atado con una cinta de Otogakure. Lo tendió en la mesa que separaba a Otokage y Gennin ahora.-Felicidades, Hyuga Hinata, eres Gennin de Otogakure, muestra al mundo todo tu potencial. También te entrego este pergamino, contiene jutsus que pueden ayudarte en tu vida, estos son del País de Los Campos de Arroz, por favor, úsalos en símbolo de el mismo, y recuerda entrenarlos aquí cerca, por seguridad.-La seguridad trataba de que si se alejaba, el pergamino estallaría, una simple medida de seguridad.-Por último, cuando encuentre una persona con aptitudes tan altas, entrarás a formar parte de un equipo de Otogakure conmigo como tutor, ten mucho cuidado...-