Y así fue, un duro entrenamiento por parte del pelinaranja para que su físico fuera de envidiar en los Chunin. Aunque tampoco quería que lo vieran como el más fuerte, eso sería un problema a la hora de la segunda prueba, simplemente, se rigió bajo su propio régimen que le permitía ganar tanta masa muscular como él quisiera. Su entrenamiento consistía en hacer flexiones verticales estando de cabeza a un árbol para fortalecer su zona abdominal a la vez que combatía en cierto modo el estar de cabeza lo que evitaba que su flujo de sangre llegara hasta su cabeza y le impidiera continuar con aquel duro entrenamiento que él mismo se había impuesto. Pasaba la mañana a medida que el pelinaranja hacía más flexiones. 20, 30, 40. Seguía sin mucho importar, sólaente quería completar su entrenamiento.

Al bajar del árbol. Tomó su almuerzo, una pobre cantidad de bayas, carne y algo que no recordaba del todo pero le daba energía nuevamente, un planta según parecía. Comió lentamente y luego volvió a su anterior, sólo que ahora haría algo mucho más complejo. se tomaría del árbol para llevar levantar el peso de su cuerpo, haciendo así que su pecho toque la rama del árbol. Subió, como lo hacía. Quedó suspendido usando sus brazos y luego comenzó a alzarse en dirección al árbol, acercándose más con cada movimiento que hacía. Completó el movimiento, quedándose en esa posición unos segundos y luego seguir con la sesión, como el ejercicio anterior. Continuaba, 20, 30, 40, y seguía y seguía como si fuera a morir, en un momento, contó 100. Se dejó caer al suelo para luego estirar y descansar después de tanto ejercicio.

Pasaron un par de horas hasta que se le pasó el cansancio. Comenzó a correr para ganar mucha más resistencia y fuerza en sus piernas. Comenzó a correr más y más, se quedaba sin aliento a los pocos segundos. Seguía, tenía un objetivo en mente y no descansaría hasta que terminara de perder el aliento. Al menos no hasta que terminara de correr kilómetros. La tarde pasada mientras el sudor de todo lo que había hecho se hacía presente en sus ropas. Se detenía cada par de horas para comer aquella raíz que recuperaba sus fuerzas. Con el pasar de la tarde su resistencia fue aumentando a medida que su fuerza, la musculatura en él se hacía presente con el paso de los días entrenando. Ya no presentaba problemas en el aspecto de resistencia, pero aún así tenía que continuar para cumplir su meta para sí con los Chunin.

Y así fue, su musculatura aumentó en el tiempo que estuvo haciendo todo eso. Ya estaba completamente diferente a cuando había comenzado. Tenía más fuerza, resistencia, musculatura. Pero ahora comenzaba a sudar con el más mínimo movimiento físico. Pero no prestaba importancia. COmenzó a lanzar sus armas ninjas para probar su nueva fuerza. Ahora fácilemente podría atravesar unos 6 centimetros de tronco del árbol. Ahora se hacía muchi más fácil el lanzar armas arrojadizas para sorprender a sus oponentes.