1 Reces [Mision C] Sáb Sep 01, 2012 9:20 pm
Elegy Shizuma
Jounin
Una nueva misión se me había encomendado. A las afueras de la aldea de la Hoja. No hace mucho, me había llegado una carta que contenía la información sobre la misión. Al parecer, muy cerca de mi casa, a unos dos o tres kilómetros habían desaparecido cuatro reces y mi misión es averiguar que era lo que había pasado con el ganado. Debido tal vez a vivir cerca al lugar donde sucedieron los echos había sido nombrada para hacer esta misión, incluso al granjero que se le habían perdido o se le habían robado las reces era mi vecino y lo conocía, aunque no muy bien. Simplemente sabia su nombre y el lugar donde vivía. Después de recibir la carta me prepare lo suficiente para salir a hacer la misión, me puse mis acostumbrado traje corto, una blusa de color blanco y medias largas, ademas de una mochila pequeña de color café que marre a mi cintura y en la que tenia todas mis armas ninjas como kunias, shurikesn, hilos ninja y bombas de humo. Así, después de estar lista salí de mi casa en dirección a la casa del señor Ratchet, quien sabia era el propietario de las reces desaparecidas. El calor del bosque era bastante grande pero nada a lo que no estuviera acostumbrada pues después de todo, había vivido en al rededores hace muchos años. Desde los 7 para ser mas exactos. Sabia muy bien el camino hasta la casa del hombre a quien le habían robado las reces pues era un vecino. En lugares como estos, varios kilometros suelen distanciar una casa de otra y este era el caso de el Lago Tsuki no Hikari.
Después de unos 15 minutos de caminata, tal vez mas, pude ver la gran casa del señor Ratchet justo en frente mio, en el horizonte. Continué caminado tranquilamente hasta llegar a una pequeña cerca de no mas de 1,5 metros que dividía su casa del bosque. Abrí una puerta de igual tamaño e ingrese adentrándome un poco mas para llegar así a la casa en si, que estaba un poco mas adelante. Parecía mas un especie de granja, pues habían otros animales en el lugar que pude distinguir inmediatamente. Varias ovejas, caballos, gallinas, cerdos, algunas otras reces y un perro. Este ultimo solo latió al verme ingresar avisando con ello a los dueños del lugar que alguien había llegado. Así fue como el propietario se entero, pues antes de llegar a la puerta de entrada de la casa este abrió la puerta y me vio llegar. Buenos Dias, Señor Ratchet. Dije al llegar. Señorita Elegy, que gusto verla. ¿que la trae por aquí?. Respondió el amablemente, .Bueno, de la aldea me han enviado a hablar con usted sobre el incidente que tuvo con las reces que desaparecieron Oh, que bien que hallan enviado a alguien que conozco. Por favor, pasa.
Luego de que el señor Ratchet amablemente me invitara a entrar a la casa, me ofreció una tasa de café a lo que acepte sin reproche alguno. En algunas ocasiones atrás había venido y el sabia que me gustaba mucho el café asi que tal vez por eso lo hizo. Al traérmela y traer una también para el se sentó a mi lado y me comento lo que había ocurrido con sus cuatro reces. Al parecer tiene un gran valor sentimental para el, pensé al escuchar su historia. Según su relato, estas habían simplemente desaparecido hace ya dos noches atrás. Sin embargo y alga curiosos es que en primera medida habían desaparecido solo dos. Al día siguiente desaparecieron otras dos. Una pista importante para tener la sospecha de que estas no habían escapado pues de ser así lo habrían echo todas juntas. Tampoco podría ocurrir que un animal carnívoro se las llevara pues una sola de ellas tiene suficiente carne para alimentar a una familia entera de leones. Ahora, fueron cuatro las desaparecidas. Casi no cabía duda que se trataba de un robo. Después de escuchar su historia fabrique un par de hipótesis en mi cabeza y la única creíble seria la del robo. Le prometí que las encontraría estén donde estén incluso si ya no estuvieran con vida. Le pedí permiso para ir al corral en donde esta especia permanecía y de donde habían desaparecido las cuatro. Me llevo a la parte trasera de la casa en donde habían 11 reces en su corral. Este era bastante amplio. Le pedí que se marchara pues no era necesario que el estuviera allí y sabia muy bien que tenia otras cosas que hacer; el, acepto y me pidió que resolviera el caso. Primero que todo, intente examinar el lugar pues si mi primera hipótesis era cierta, deberían haber marcas, pisadas o algún otra pista que me indicara el lugar en el que las reces se habían ido. Primeramente no encontré nada, ni un solo rastro de ellas pero en su lugar note algo inusual. La cerradura del corral estaba forzada. ¿Porque el señor Ratchet forzaría la puerta de su propio corral? Por supuesto las reces no lo habían echo tampoco. Intente verlo mas de cerca y efectivamente había sido abierta a la fuerza. cada vez estaba mas cerca a la verdadera razón del porque de la desaparición de las reces. Camine unos pasos adelante mirando el suelo constantemente, observaba todo de manera mas sigilosa para ver con mas claridad y que no se me escapara ninguna pista. No tarde mucho en encontrar otra pues note varias pisadas no solo de reces sino que también habían unas humanas. Por su tamaño se trataba de un hombre, ademas de que habían dos diferentes tipos de huellas lo que significaba que se trataba de dos hombres los que caminaron por este lugar en compañía de las reces. No cabía duda, se las habían robado. No tuve necesidad de seguir las huellas, hubiera tardado mucho en hacerlo asi que simplemente use mi capacidad detección para examinar el chakra mas cercano. Tres hombres a un kilometro al noroeste, una mujer y... trece, catorce, quince niños. ¡Lo tengo! dos hombres solos y en dirección a donde van las huellas, tienen que ser ellos. Después de todo, no había nadie mas en un kilómetro a la redonda. Así fue entonces como me dirigí hasta ese lugar. Nos separaba una distancia de 376 metros exactamente así que intente ser cautelosa para llegar al lugar. Una cueva, de varios metros de ancho y gracias a otro de mis jutsus sensoriales pude notar que también era largo. Luego de estar cerca, eso me permitió observar con facilidad el interior de la cueva. En ella, dos hombres profundamente dormidos y tres reces vivas. Había otra pero esta estaba ya muerta. No cabía duda que eran ellos los que se habían robado las reces del señor Ratchet. Aproveche que estaban dormidos para entrar sigilosamente a la cueva sin hacer ruido. Los animales estaban en un corral que no superaba los 5 metros cuadrados, algo pequeño para tratarse de tres animales de su tamaño. Abri la puerta pequeña con cuidado y saque a las reces de allí intentando que los hombres no se dieran cuenta; afortunadamente así fue y ninguno se percato de lo ocurrido. Ya con las reces afuera, solo tenia que ir por los criminales adentro de la cueva en donde intentaría hacer que no se movieran y atarlos de manera que no pudieran escapar. Seguidamente, llamaria a los superiores de la aldea para informar lo sucedido y que procedieran disciplinariamente con los criminales. Había logrado descubrir el misterio y no solo eso sino que también logre dar con los criminales y no menos importante devolver tres de las reces. La cuarta desafortunadamente, ya había sido asesinada.
Después de unos 15 minutos de caminata, tal vez mas, pude ver la gran casa del señor Ratchet justo en frente mio, en el horizonte. Continué caminado tranquilamente hasta llegar a una pequeña cerca de no mas de 1,5 metros que dividía su casa del bosque. Abrí una puerta de igual tamaño e ingrese adentrándome un poco mas para llegar así a la casa en si, que estaba un poco mas adelante. Parecía mas un especie de granja, pues habían otros animales en el lugar que pude distinguir inmediatamente. Varias ovejas, caballos, gallinas, cerdos, algunas otras reces y un perro. Este ultimo solo latió al verme ingresar avisando con ello a los dueños del lugar que alguien había llegado. Así fue como el propietario se entero, pues antes de llegar a la puerta de entrada de la casa este abrió la puerta y me vio llegar. Buenos Dias, Señor Ratchet. Dije al llegar. Señorita Elegy, que gusto verla. ¿que la trae por aquí?. Respondió el amablemente, .Bueno, de la aldea me han enviado a hablar con usted sobre el incidente que tuvo con las reces que desaparecieron Oh, que bien que hallan enviado a alguien que conozco. Por favor, pasa.
Luego de que el señor Ratchet amablemente me invitara a entrar a la casa, me ofreció una tasa de café a lo que acepte sin reproche alguno. En algunas ocasiones atrás había venido y el sabia que me gustaba mucho el café asi que tal vez por eso lo hizo. Al traérmela y traer una también para el se sentó a mi lado y me comento lo que había ocurrido con sus cuatro reces. Al parecer tiene un gran valor sentimental para el, pensé al escuchar su historia. Según su relato, estas habían simplemente desaparecido hace ya dos noches atrás. Sin embargo y alga curiosos es que en primera medida habían desaparecido solo dos. Al día siguiente desaparecieron otras dos. Una pista importante para tener la sospecha de que estas no habían escapado pues de ser así lo habrían echo todas juntas. Tampoco podría ocurrir que un animal carnívoro se las llevara pues una sola de ellas tiene suficiente carne para alimentar a una familia entera de leones. Ahora, fueron cuatro las desaparecidas. Casi no cabía duda que se trataba de un robo. Después de escuchar su historia fabrique un par de hipótesis en mi cabeza y la única creíble seria la del robo. Le prometí que las encontraría estén donde estén incluso si ya no estuvieran con vida. Le pedí permiso para ir al corral en donde esta especia permanecía y de donde habían desaparecido las cuatro. Me llevo a la parte trasera de la casa en donde habían 11 reces en su corral. Este era bastante amplio. Le pedí que se marchara pues no era necesario que el estuviera allí y sabia muy bien que tenia otras cosas que hacer; el, acepto y me pidió que resolviera el caso. Primero que todo, intente examinar el lugar pues si mi primera hipótesis era cierta, deberían haber marcas, pisadas o algún otra pista que me indicara el lugar en el que las reces se habían ido. Primeramente no encontré nada, ni un solo rastro de ellas pero en su lugar note algo inusual. La cerradura del corral estaba forzada. ¿Porque el señor Ratchet forzaría la puerta de su propio corral? Por supuesto las reces no lo habían echo tampoco. Intente verlo mas de cerca y efectivamente había sido abierta a la fuerza. cada vez estaba mas cerca a la verdadera razón del porque de la desaparición de las reces. Camine unos pasos adelante mirando el suelo constantemente, observaba todo de manera mas sigilosa para ver con mas claridad y que no se me escapara ninguna pista. No tarde mucho en encontrar otra pues note varias pisadas no solo de reces sino que también habían unas humanas. Por su tamaño se trataba de un hombre, ademas de que habían dos diferentes tipos de huellas lo que significaba que se trataba de dos hombres los que caminaron por este lugar en compañía de las reces. No cabía duda, se las habían robado. No tuve necesidad de seguir las huellas, hubiera tardado mucho en hacerlo asi que simplemente use mi capacidad detección para examinar el chakra mas cercano. Tres hombres a un kilometro al noroeste, una mujer y... trece, catorce, quince niños. ¡Lo tengo! dos hombres solos y en dirección a donde van las huellas, tienen que ser ellos. Después de todo, no había nadie mas en un kilómetro a la redonda. Así fue entonces como me dirigí hasta ese lugar. Nos separaba una distancia de 376 metros exactamente así que intente ser cautelosa para llegar al lugar. Una cueva, de varios metros de ancho y gracias a otro de mis jutsus sensoriales pude notar que también era largo. Luego de estar cerca, eso me permitió observar con facilidad el interior de la cueva. En ella, dos hombres profundamente dormidos y tres reces vivas. Había otra pero esta estaba ya muerta. No cabía duda que eran ellos los que se habían robado las reces del señor Ratchet. Aproveche que estaban dormidos para entrar sigilosamente a la cueva sin hacer ruido. Los animales estaban en un corral que no superaba los 5 metros cuadrados, algo pequeño para tratarse de tres animales de su tamaño. Abri la puerta pequeña con cuidado y saque a las reces de allí intentando que los hombres no se dieran cuenta; afortunadamente así fue y ninguno se percato de lo ocurrido. Ya con las reces afuera, solo tenia que ir por los criminales adentro de la cueva en donde intentaría hacer que no se movieran y atarlos de manera que no pudieran escapar. Seguidamente, llamaria a los superiores de la aldea para informar lo sucedido y que procedieran disciplinariamente con los criminales. Había logrado descubrir el misterio y no solo eso sino que también logre dar con los criminales y no menos importante devolver tres de las reces. La cuarta desafortunadamente, ya había sido asesinada.