1 De guardia en el puerto... Sáb Oct 20, 2012 1:31 pm
Arthas
Chunin
Después de mi encuentro con el Mizukage se me ordenó marcharme a mi casa para esperar órdenes para cuando fuera necesario, no era algo que me agradara mucho la idea de ser el subordinado de nadie ni nada parecido pero lo acepté sin más y me marché ha mi casa, allí se pasó todo el día completo hasta que desperté a la mañana siguiente y me di cuenta de que había recibido una notificación por parte del Mizukage o al menos llevaba su sello.
"Con que quiere que pase la noche en el puerto... para ver si hay rastro de algo parecido a un fantasma que asusta a marineros... vaya misión..."
Entonces esperé que pasaran las horas hasta que estaba cerca de llegar la noche, que fue cuando me puse en camino hacia el puerto para realizar mi guardia durante toda la noche. No tardé demasiado en llegar ya que la villa se encontraba cerca del mar y el puerto no quedaba muy apartado, cuando llegué aún se veía el Sol por lo que busqué una posición elevada desde donde observar todo el puerto, pasé un buen rato buscando ese lugar cuando encontré una torre que se elevaba sobre todas las edificaciones del puerto y desde allí había una buena vista general del puerto.
"Esta será una buena posición para observar todo aunque no tengo muchas esperanzas de que aparezca un fantasma..."
Desde esa torre observé por horas sin ninguna esperanza de ver nada hasta que llegaron las 5 de la madrugada más o menos y de repente una figura apareció junto al lugar donde atracaban los barcos y comenzó a llorar sin parar, su llanto era muy ruidoso y para nada tranquilizador, rápidamente descendí de la torre y me puse en marcha hacia el puerto, más concretamente hacia la posición donde esa extraña figura se había presentado. Sin hacer ruido y sin ser visto me coloqué a escasos 5 metros de distancia y observé desde las sombras, entonces pude observar que no se trataba de un fantasma sino de una mujer de carne y hueso que estaba llorando, reconozco que mi don de gentes no es lo mejor pero me sentía en la obligación de ir a preguntarle que le pasaba, entonces me acerqué a ella sin que me viera hasta que de que estaba a escasos dos metros al final hablé.
Esto... perdona... ¿qué te ocurre? ¿por qué lloras?le pregunté a la joven, era una mujer de apenas unos 25 años con cabellos largos y de color negro, vestía una largo vestido blanco tirando a gris, quizás eso era lo que le daba ese aspecto fantasmagórico.
Snif... eh?, no me pasa nada solo que me siente triste y vengo aquí todas las noches contestó la joven sin poder dejar de llorar.
¿Y por qué estás triste? algo malo te ocurrió o alguien que conozcas?? le pregunté aunque quedaba claro que no se me daba nada bien esto.
Es por mi hermano mayor... él salió hace varios días a pescar al mar y no ha regresado, todos los que fueron con él han regresado y han dicho que fueron atacados ferozmente por una gran criatura marina. Me contó la chica que todavía no era capaz de dejar de llorar es más cada vez lo hacía más.
Los primeros rayos de Sol ya acariciaban nuestros rostros y parecía que un nuevo día aparecía...
Ten fe, seguro que vuelve no pienses en lo pero y ten fe en él no se como pero me salió de dentro esa frase, quizás esa chica me recordaba a mí cuando me quedé solo, entonces observé el mar y a lo lejos se veía acercarse una pequeña embarcación a los pocos minutos llegó a nuestro lado esa pequeña barca y en su interior un joven... el joven era el hermano de aquella chica que me agradeció mi apoyo, yo la verdad que me encontraba muy incómodo ante esta situación ya que no estaba acostumbrado a que la gente se portara así conmigo...
"Bueno... parece que ya lo hice... ahora Mizukage-dono quiero algo más serio...pensaba mientras regresaba a casa.
"Con que quiere que pase la noche en el puerto... para ver si hay rastro de algo parecido a un fantasma que asusta a marineros... vaya misión..."
Entonces esperé que pasaran las horas hasta que estaba cerca de llegar la noche, que fue cuando me puse en camino hacia el puerto para realizar mi guardia durante toda la noche. No tardé demasiado en llegar ya que la villa se encontraba cerca del mar y el puerto no quedaba muy apartado, cuando llegué aún se veía el Sol por lo que busqué una posición elevada desde donde observar todo el puerto, pasé un buen rato buscando ese lugar cuando encontré una torre que se elevaba sobre todas las edificaciones del puerto y desde allí había una buena vista general del puerto.
"Esta será una buena posición para observar todo aunque no tengo muchas esperanzas de que aparezca un fantasma..."
Desde esa torre observé por horas sin ninguna esperanza de ver nada hasta que llegaron las 5 de la madrugada más o menos y de repente una figura apareció junto al lugar donde atracaban los barcos y comenzó a llorar sin parar, su llanto era muy ruidoso y para nada tranquilizador, rápidamente descendí de la torre y me puse en marcha hacia el puerto, más concretamente hacia la posición donde esa extraña figura se había presentado. Sin hacer ruido y sin ser visto me coloqué a escasos 5 metros de distancia y observé desde las sombras, entonces pude observar que no se trataba de un fantasma sino de una mujer de carne y hueso que estaba llorando, reconozco que mi don de gentes no es lo mejor pero me sentía en la obligación de ir a preguntarle que le pasaba, entonces me acerqué a ella sin que me viera hasta que de que estaba a escasos dos metros al final hablé.
Esto... perdona... ¿qué te ocurre? ¿por qué lloras?le pregunté a la joven, era una mujer de apenas unos 25 años con cabellos largos y de color negro, vestía una largo vestido blanco tirando a gris, quizás eso era lo que le daba ese aspecto fantasmagórico.
Snif... eh?, no me pasa nada solo que me siente triste y vengo aquí todas las noches contestó la joven sin poder dejar de llorar.
¿Y por qué estás triste? algo malo te ocurrió o alguien que conozcas?? le pregunté aunque quedaba claro que no se me daba nada bien esto.
Es por mi hermano mayor... él salió hace varios días a pescar al mar y no ha regresado, todos los que fueron con él han regresado y han dicho que fueron atacados ferozmente por una gran criatura marina. Me contó la chica que todavía no era capaz de dejar de llorar es más cada vez lo hacía más.
Los primeros rayos de Sol ya acariciaban nuestros rostros y parecía que un nuevo día aparecía...
Ten fe, seguro que vuelve no pienses en lo pero y ten fe en él no se como pero me salió de dentro esa frase, quizás esa chica me recordaba a mí cuando me quedé solo, entonces observé el mar y a lo lejos se veía acercarse una pequeña embarcación a los pocos minutos llegó a nuestro lado esa pequeña barca y en su interior un joven... el joven era el hermano de aquella chica que me agradeció mi apoyo, yo la verdad que me encontraba muy incómodo ante esta situación ya que no estaba acostumbrado a que la gente se portara así conmigo...
"Bueno... parece que ya lo hice... ahora Mizukage-dono quiero algo más serio...pensaba mientras regresaba a casa.