Sunagakure no sato, pequeña pero peculiar aldea rodeada por un arenoso mar, claro, así era como lo llamaban mucho de sus habitantes, sé que para empezar debería de dar un pequeño relato sobre su historia, inicios, lideres, derrotas, victorias y demás. Pero es algo que no pasara, no esta vez, los habitantes de la misma están acostumbrado a las altas temperaturas que rondan la aldea, en especial, los periodos de verano, a veces, la temperatura puede triplicarse a comparación de su ultima vez o la promedio, para alguien que la visite por primera vez, sentirá la ola de calor como si estuviera quemándose en vida. Algo tan peligroso como las altas temperaturas, son las dunas y el propio desierto, no hay una señalización que indique la ubicación de la aldea, no, no la hay, los shinobis llegan a esta, gracias a la poca comprendió que les queda al encontrarse mal herid o porque usan el propio sol como referencia hacia su hogar, como fuese la cosa, pocas visitas recibía Suna, la mayoría de ellos, ninjas, propios y extranjeros, Señores feudales y sus familias, mercaderes o mercenarios, estos venían principal por los secretos que el arenoso país escondía bajo kilos y kilos de una superficie Pedrosa y poco estable, si se lo sabía dejar en dicho estado de forma. Supongo, es detener esta descripción o especie de relato hasta aquí y pasar al interior del establecimiento donde Kazekage-sama pasaba la mayor parte del tiempo.

El edificio de esplendida y sencilla estructura, era custodiado por 3 shinobis, bueno, uno de los tres no se lo podía contar como tal debido a su inexistente habilidad en el campo ninja, pero era tratada como una e incluso, hasta poseía un protector, el cual portaba con increíble orgullo. Desconfiadamente leales a quienes cuidaban y juraron lealtad por sobre cualquier cosa, desde el día en que forjaron sus caminos, solo se dedicaron a una cosa, la protección máxima de la villa y de su líder mayor, además del consejo, claro está, pero el Kage era su mayor prioridad, después de todo, un cuerpo sin cabeza, difícilmente se podía mover o realizar acción una. Había….como decirlo, algo fuera de lo común con los “guardaespaldas” de la Kazekage, estas tenían algo que nadie en el mundo poseía o bueno, vale decir la completa verdad, partes animales que solo aquellos que sufrieron como experimentos humanos, lograron obtener, a diferencia de ellos, estas 3 peculiares Kunoichis portaban con increíble orgullo su ADN altamente modificado, decían que eran únicas y especiales, que no tenían por qué vivir bajo la sobra de nadie, el mundo y quienes los habitaban, le habían dado esa enseñanza.

Pasaremos a dar una pequeña descripción de cada jovencita, antes que nada, eh de mencionar sus nombres en el orden determinado que se le fue concedido: Purpple o también conocida como Sanako Yuki; Sao Senju y finalmente pero no por eso la menos importante, Golden, la cual es conocida como la miniatura de los Kaguya. Ambas subieron el mismo cruel destino que la vida les regalo, vivir bajo el ser más despreciable de la aldea, las cuales las tomo una a una en un determinado orden de años, estas eran constantemente sometidas a pruebas con genética animal y viceversa. Una de ellas llego a pasar más de 10 años sometida a sus más íntimos deseos, ya sea en un ambiente científico como sexual, muchos shinobis declararon a este sujeto como un enfermo mental hacia tendencias zoofilias, pero eso no le bastaba y necesitaba del cuerpo de la mujer con ciertas características animales, que pudieran complacer su necesidad y deseo por ello.
Sin deseo de internarme en los múltiples reportajes dados, paso a dejar la imagen actual de cada vigiar y asistente personal de la Kazekage

1º Vigia:

2º Vigia:

Asistente de la Kazekage:

Gabrel contempló curioso el extraño comportamiento de la muchacha con el título de Kazekage, nunca había visto a una humana comportarse de esa manera. Era más bien una niña en su forma de actuar, pero tenía actitudes que sólo una vieja tendría a la hora de hablar, pero sabía que era más que eso con sólo verla. Sería entretenido mantener una charla.

No mostró ningún signo de sorpresa, ni de interés, simplemente asintió con la cabeza y continuó caminando hasta sentarse donde ella le había indicado.

-Laios-sama, debo de suponer que me dirás que es sólo Laios, pero negaré su pedido y le seguiré llamando Laios-sama en señal de respeto a su cargo -Gabrel habló tranquilo, con una voz sencilla y con un tono ronca que sólo él notó al tener poca práctica en el habla normal-. Mi nombre es Gabrel y puedes llamarme como quieras; estoy aquí para serviros, para instruirme como un nuevo Shinobi a su cargo, supongo que como un Gennin. He rendido el examen que se me pidió y aquí están los papeles que requieren vuestra firma, con el único fin de ser ciudadano de ésta, vuestra aldea, y de trabajar para usted, donde quiera ubicarme. -Y mantuvo silencio, al contestar suficientemente a la pregunta de la Kazekage Laios.

Suspiraba por el calido calor de mi amada aldea, ya que, hacia tiempo que habia salido sin avisar a nadie y con la noticia de que habia un kiriense en nuestra aldea, y sino no mal recordaba, nuestra kazekage era Suna pero como jamas me habia atrevido a ir a la torre del kazekage, pero esa era una medida cautelar y aun sabia perfectamente lo bien que se podia defender Suna era mejor ir y confirmar con mis propios ojos lo que ocurria en mis largas ausencias por la aldea. Me detuve frente a la gran torre y suspire por lo bajo, ya que, los guardias me habian detenido, pero al mostrarles mi bandana y mi chaleco de chunnin, el cual habia obtenido por una orden general en aquella mision, en la cual casi habia perdido la vida y aun me quedaban las cicatrices en mi espalda para demostrarlo pero eso era tiempo pasado y no deseaba recordar aquello, por el momento necesitaba hablar con mi kage.

Pase de largo de la recepcionista y su pequeña bestia, no deseaba que nadie me molestara mientras queria entrar al despacho de mi kage, pero la voz de Lao.chan me detuvo "¿que hace ella en el despacho de la kage? mhhhh me suena raro y lo que dicen me da mala espina, que hace kiri aqui? fue lo que pense mientras escuchaba a travez de la puerta, sabia que mi oido era muy agudo y podia escuchar claramente lo que decian, pero los ruidos de la recepcionista corriendo hacia mi molestaban y antes de que acercara a mi y hacer un escandolo, le apunte con mi katana al cuello y le gruñi sutilmente- calla y regresa a tu puesto, yo hablare con la kage- sisee por lo bajo y en tono amenazante, siendo seguido de un gruñido de Aizen, haciendo que esta se erizara y corriera nuevamente a su lugar, yo solo suspire por lo bajo y entre directamente al despacho- kage.sama me ha llamado?.... Lao.chan que haces aqui??- fue lo que pregunte despues de haberme arrodillado como gesto de respeto pero sin notar antes que tenia a mi lado al kiriense, denotandolo por su aroma particular a humedad de su pais, el mismo que tenia Arthas en el momento en que lo conoci pero ese era un detalle minimo, era lo mejor que estuviese al lado de Laois en esos momentos, ya que conocia relativamente poco de las tecnicas de kirigakure y solo la neblina molesta que habia tenido el honor de saber gracias a aquel encuentro con el otro kiriense- etto ya que estoy aqui debo entregar un informe e informacion secreta y hi mensaje no le habia notado- dije en un tono muy serio y firme ante este, la tension que se sentia en el aire se podia cortar con el filo de una katana y si ese kiriense se atrevia a atacar a Lao.chan, lo acabaria sin dudarlo.