El momento del entrenamiento había llegado tras el quizás merecido ascenso de rango, por lo que ahora venía la elección de especialidad y la ejecución de la misma. No eran muchas técnicas, sin embargo el genjutsu requiere un algo nivel de inteligencia y concentración, tal vez más el mental en el que se afectaba a los cinco sentidos del oponente.
Una vez recogidos los pergaminos se acercaba a la academia mientras repasaba el contenido de esos rollos de papel, realizando los sellos con una de sus manos de manera libre sin cuota alguna de chakra, mientras con la otra sujetaba el material a estudiar.
Guardóse los pergaminos en el pequeño bolso que mantenía alrededor de su cintura, algo temporal hasta dominar las técnicas transcritas. Escuchó un sonoro golpe, no le era extraño que otros estuviesen en entrenamiento, podía ser a solas sin duda, sin embargo ella necesitaba de alguien con quien entrenar, pues el contacto visual era lo primordial.
Entró en el momento que el contrario parecía apreciar el muñeco de entrenamiento frente a sí, para sorpresa de Suna era uno de sus compañeros, el ‘chico perro’ como había denominado su otra compañera de equipo, pero eso no venía al caso.
Personalidad no le faltaba, por lo que se acercó sin más al tal ‘Tsubo’, pronunciando en leve tono una curiosa e interpretativa frase.
-La mente domina al cuerpo, quisiera ver que tan resistente es la tuya-
Siquiera un saludo, pero fue lo único que salió de su cubierta boca antes de tomarle el rostro entre las manos, redirigiendo el rostro del contrario hacia sí misma, fijando la mirada en la del ajeno, era llamativo, habían momentos en que Suna consideraba otros de mirada más profunda que la propia pese a tener una característica peculiar.
Comenzaba a retroceder, su mirada se mantenía fija sin embargo, quizás por el temor a ser el primer intento y errar, lo que implicó ignorar la gran expansión del terreno en el que ambos se encontraban por aquello mismo, el perder el contacto que disimulaba de forma minuciosa.
Se detuvo por fin y su cuerpo mantenía una postura erguida, las palmas de sus manos se juntaban y el chakra comenzaba a fluir en aumento, realizaba las posiciones de manos que recordaba del pergamino, mientras su mente permanecía en blanco, o almenos así intentaba mantenerla, su concentración estaba en el jutsu mientras la mirada de esos intensos ojos amarillos permanecía en el contrario. Pasaron varios minutos y nada, suspiró con resignación en el momento que notó lo que reaccionaba como un distractor. Las orejas y la cola de el platinado causaban un inconsciente interés en Suna, de alguna manera fue bueno el encuentro de ellos, si perdía el interés en cosas como esas, otras cosas quizás no serían capaces de distraerla al momento de utilizar lo que ahora entrenaba.
Chasqueó la lengua con molestia antes de juntar las palmas nuevamente a la altura de su pecho, quizás un poco más abajo, luego de suspirar pesado y entrecerrar sus ojos fijó nuevamente la mirada donde debía ir, en la vista del ‘chico perro’. La segunda vez no le gustaba Suna, pero era mejor que la tercera sin duda, es por eso que ya no había otro momento para aprenderlo.
Nuevamente el flujo de chakra se hizo presente, generando un contorno azulino transparentado alrededor de la pelirroja, los sellos los hizo con facilidad y rapidez, luego de la primera vez se considera una costumbre además de ya andar practicándolos en el camino. Su expresión denotaba serenidad y a la vez una ligera seriedad pese a no verse su rostro por completo por la pañoleta que la cubría.
El entorno tuvo un rotundo cambio, se tornó un tanto más pesado y el alrededor adquiría un color negro, una oscuridad total como tal sábana negra los cubriese a ambos, generando un vacío de dimensiones impredecibles. No sabía si Tsubo la veía, pero era claro que ella si lo podía ver a él, la mirada de ella ahora se desviaba a mirar lo que constaba de su propio alrededor, al parecer lo había conseguido pero para no gastar chakra demás lo deshizo, fue más fácil que hacerlo sin duda, pero dio resultados, fue cuando el terreno regresó a ser como antes, planeando ahora lo que sería la próxima técnica al revisar nuevamente los pergaminos.