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¡Help...I need somebody! Mar Ago 21, 2012 9:26 pm
Invitado
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Un nuevo día comenzaba y con ello, una nueva misión la cual me había sido encomendada, esta vez podría estar tranquila de que no habría muertos de por medio, más bien, se trataba de simples y tontas ratas, sería muy sencillo, si no salían por las buenas, lo harían por las malas, en pocas palabras, las sacaría personalmente rostizadas, una por una y nadie me impediría fallar en estas misión, por supuesto, ya no tenía la misma motivación que la vez anterior, aún permanecía en mí el fracaso del examen y eso me mantenía algo desanimada, sin contar que, esperaba poder verlo durante los exámenes chunnin, si no me equivoca, él tenía el mismo rango que yo, ambos éramos gennin y ese día, en esa ocasión, Lay no podía decir nada sobre cuando nos encontráramos, ya que era parte del examen. Tal vez, podría hallar ciertas respuestas desde ese día, pero nada me aseguraba que me atreviese a tocar el tema luego de tan….noche. Ahora, ahora solo quedaba esperar por una nueva oportunidad la cual, esperase no tardará en llegar, no demasiado como para que lo sucedido esa noche, solo fuese un recuerdo del pasado.
Intente alejar esos pensamientos de mi mente, necesitaba focalizarme en la misión de ahora, otra misión D, de las cientos que tendría si no me apetecía volver a realizar un nuevo examen, aun no se sabían los resultados y los aprobados solo me hicieron darme cuenta de una sola cosa…la debilidad y la inferioridad que había entre ellos para conmigo, mi nivel de lucha, combate, inteligencia, estrategia y demás, no era nada en comparación a los de ello. Era una don nadie por más que quisiera admitirlo, no en voz alta, por lo menos…aun tenia dignidad para ello.
Tome mi mochila y un par de armas, aunque con el Jundo en mis manos, nada podría detenerme, amarre, como aquel día en que lo recibí, la Kusa a mi cintura, solo por si las duda y junto a Lay, partimos rumbo a la panadería de los katsumy. Era bastante famosa, por no decir, una de los lugares más visitados por no solo los aldeanos, sino aquellas personas que entraban a la aldea, conocerla, vacacionar y demás. Y aunque parezca un tanto curioso, las personas solían ir a pasar unos cuentos días entre el arrasador calor y un par de dunas. Locos…pero era divertido ver caras diferentes de vez en cuando, nunca estaban por demás.
Una vez en la famosa panadería de Suna, nos introdujimos por la parte trasera, pero lo que nadie me había aclarado es que el lugar cumpliría más de 10 años abierto y con una amplia atención el público, esto sí que terminaría dificultando las cosas completamente. El dueño, se disculpó por el grave error pero a su vez, me pedía que me deshiciera de los despreciables animales de forma discreta y rápida ese mismo día. Me mostro un delantal mientras se disculpaba…tenía que ser una broma ¿Verdad? Comenzada a arrepentirme de ello, pase el resto del día como moza y a su vez, rostizando ratas, cada vez que se me era enviada a la parte de donde se hallaban los viejos hornos, era divertido en parte, al momento en que abría la puerta para entrar, las ratas salían disparadas en todas direcciones, al igual que el fuego de mis manos. Descartando que al menos no trabaje gratis, fue un buen día, al final del mismo también recibí una deliciosa recompensa.
Intente alejar esos pensamientos de mi mente, necesitaba focalizarme en la misión de ahora, otra misión D, de las cientos que tendría si no me apetecía volver a realizar un nuevo examen, aun no se sabían los resultados y los aprobados solo me hicieron darme cuenta de una sola cosa…la debilidad y la inferioridad que había entre ellos para conmigo, mi nivel de lucha, combate, inteligencia, estrategia y demás, no era nada en comparación a los de ello. Era una don nadie por más que quisiera admitirlo, no en voz alta, por lo menos…aun tenia dignidad para ello.
Tome mi mochila y un par de armas, aunque con el Jundo en mis manos, nada podría detenerme, amarre, como aquel día en que lo recibí, la Kusa a mi cintura, solo por si las duda y junto a Lay, partimos rumbo a la panadería de los katsumy. Era bastante famosa, por no decir, una de los lugares más visitados por no solo los aldeanos, sino aquellas personas que entraban a la aldea, conocerla, vacacionar y demás. Y aunque parezca un tanto curioso, las personas solían ir a pasar unos cuentos días entre el arrasador calor y un par de dunas. Locos…pero era divertido ver caras diferentes de vez en cuando, nunca estaban por demás.
Una vez en la famosa panadería de Suna, nos introdujimos por la parte trasera, pero lo que nadie me había aclarado es que el lugar cumpliría más de 10 años abierto y con una amplia atención el público, esto sí que terminaría dificultando las cosas completamente. El dueño, se disculpó por el grave error pero a su vez, me pedía que me deshiciera de los despreciables animales de forma discreta y rápida ese mismo día. Me mostro un delantal mientras se disculpaba…tenía que ser una broma ¿Verdad? Comenzada a arrepentirme de ello, pase el resto del día como moza y a su vez, rostizando ratas, cada vez que se me era enviada a la parte de donde se hallaban los viejos hornos, era divertido en parte, al momento en que abría la puerta para entrar, las ratas salían disparadas en todas direcciones, al igual que el fuego de mis manos. Descartando que al menos no trabaje gratis, fue un buen día, al final del mismo también recibí una deliciosa recompensa.