Saltaba de árbol en árbol camino del lugar en el que debía cumplir la siguiente misión. Según me habían dicho, en este lago había habido varios robos en estos últimos días. Robos de ganado, nada satisfactorios. Por que si hubiesen sido u no o dos...pero robar en cuatro lugares...la verdad no me acaba de entrar. ¿No se dan cuenta que es demasiaod sospechoso? Cualquiera con un minimo de razon verian que no se las ha comido un animal si no que hay una mano humana tras las desapariciones. Y por ello era mi turno de actuar. Debía ir, buscar rastros, buscar a las reses, buscar a los ladrones y llevarlos ante la justicia. Más les valía no haber matado a ningun animal...

Caí al suelo en un suave descendimiento y me puse en pie mientras caminaba por el primer de los campos robados. El más reciente. Me parecia lo más lógico. Aquí estarían todas las pruebas necesarias. Con pasos tranquilos me acerqué a mirar las bacas mientras buscaba donde estaba el granjero. Acaricié la cabeza de una vaca y sonreí. Sentí una presencia tras de mi. Pero mantuve la calma y me giré con paciencia y sin dar ningún golpe inesperado. Era un hombre ocn apariencia sencilla. Supongo que el aldeano. Me señalo la banda de la cabeza y asentí. Luego comenzó a explicarme loq ue sabia y las reses que habían desaparecido. Asentí a todas sus palabras. Y Luego entré en el cercado donde pastaba el ganado.

Caminé entre los animales intentando no pisar los regalos que estos dejaban. La verdad no me disgustaba el campo, aunque como venia con el reglao de los insectos, preferia la aldea, en la cual pudiese alternar ambos sitios. Sonreí y de un salto me subí a la vaya de la aprte trasera del lugar. Observé el perimetro en silencio hasta que vislumbré un reflejo rojo. Me acerqué y cogí entre mis dedos un pequeño trozo de tela. Lo olisqee. En estos momentos ser una inozuka o una rastreadora me hubiese venido de perlas. Pero no. ERa una Hyuga por lo tanto debía contentarme con saber. Que almenos parece que por aquí se fueron. Pero en ese caso....Me agaché a mis pies y busqué con sumo interés y cuidado...y ...bingo...unoas huellas resplandecientes. Bueno no tantos, pero al haber sido las ultimas en ser robadas, aún era unr astro fresco. Algo perfecto. Salté por encima de la vaya y junté mis dedos mientras me concentraba. Cuando los volví a abrir tenía el ojo blanco activado. Así me sería más facil ver donde estaban. comencé a caminar por el lugar, siendo lo más cauta para no hacer el mínimo de ruido. Miré bien girando la mirada atenta con mis ojos mientras mis oidos registraban el mínimo sonido de una vaca, cualquier cosa. Las huellas seguian en algunos trozos se hacian menos profundas, pero cuando pasaban por agua las huellas se hacían más profundas. Genial. así no era dificil seguirlas.

Técnicas usadas::

Por fin a lo lejos me pareció divisar unas figuras humanas. Entrecerré los ojos meintras me centrba en intentar disuadir que eran. Por suerte supuse que es loq ue estaba buscando asi que salté a un árbol y de árbol en árbol, con el menor ruido posible fui acercandome a donde estaban aquellos. Conforme la distancia era menor, veía mejor. Dos hombres y dos vacas. Creo que había encontrado a los ladrones del último ganado. Sin embargo esto no me acabab de sonar bien. Algo me escamaba. Debe de haber alguien más tras de esto. alguien que tenga las otras vacas. dudo mucho que las hayan matado y hecho desaparecer todo rastro con tanta facilidad. Además hasta aquí solo llegaban las huellas de esas dos vacas. Las que habían llegado del lugar que yo estaba. Con más delicadeza salté a varios árboles más. a pesar de poder ver perfectamente gracias al byakugan necesitaba poder oirlos tmabién. pues seguro que lo que tuviesen que decir sería la mar de interesante. Con delicadeza me deslicé una rama más baja y cesé todo movimiento parando a escuchar lo que aquellos dos ilusos decían.

Apenas dos minutos después tenía todo retenido en mi memoria. Aquellos dos hombres habían efectivamente robado el ganado del hombre aquel y estaban llevandolo junto a las demás. Donde esperaba el jefe de la banda. Sin embargo no podía esperar a seguirlos y que s emoviesen. No contaba con tanto tiempo y aunque lo tuviese no me gustaba esperar. Por lo tanto esperé a escuchar todas las cosas que pudiesen darme una pista del paradero de las vacas y cuando lo tuve todo me dejé caer del árbol. Con la delicadeza de un felino caí entre ambos. Les sonreí y golpe con una técnica blanca a ambos en el pecho. Noté como perdían la respiración y como caían al suelo doloridos. Sonriendo. Cogí las cuerdas que había cogido del redil del ganado y los até con fuerza. Impidiendo que se moviesen. Aunque con ese golpe. Dudaba que se moviesen nada. Sonreí y les guiñé un ojo. Monté a ambos en las vacas y comencé a caminar tirando de estas. Llegariamos hastas donde estuviese el otro y luego volveríamos a la aldea. No sería tan dificil.

No tardó mucho cuando divisé al hombre y las reses restantes dentro de una cueva. Sonreí de lado y continué andando. Dejaríamos que se llevase la sorpresa. Sus amigos seguían K.O y el no tardaría en estar también. Tiré de los animales que eran algo tozudos a la hora de andar. Y cuando por fin estaba a pocos metros del lugar los até con una cuerda. Luego seguí yo sola subiendo a un árbol para dejar el suelo y alejarme de las miradas. Caí pegada a la pared de fuera de la cueva. Mis opcciones podrían haber sido pocas de no saber que ocurriría dentro. Pero había visto con el ojo y por lo tanto solo debía esperar. Y si tardaba mucho entraría.

Me iba a preparar a entrar cuanod sentí como el hombre se levanta y salía fuera. Esperé paciente hasta que estuvo fuera. Salí de mi escondite y le lancé una patada a la cabeza. él la esquivó. al parecer no era tan malo. Sin embargo un Ura suki al estomago no pude esquivarlo y noté como eprdía la respiración al igualq ue sus amigos. Veo que eres tan débil como tus dos compañerosLe dejé caer al suelo y fui a buscar las otras reses con los hombres. Até al caido junto a uno de sus compañero y los volví a subir al animal. Luego entré en la cueva y conté. Si no me equivocaba. Estaban todas. Bien! Las había salvado a todas. Las até unas a otras con la cuerda que las habían atado los ladrones y comencé mi vuelta a las granjas para ir devolviendo una por unas las reses a su dueño. Luego entregaría el informe y misión completada.