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Bandidos atacan el cargamento [Misión B] User14copia

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Elegy Shizuma

Elegy Shizuma
Jounin
Jounin
Una nueva misión se me había encargado. Debía protejer un cargamento que traia provisiones a la aldea. Debia encontrarme con la caravana en el Bosque, a donde me diriji, y espere pacientemente a que aparecieran. Luego de un rato, aproximadamente una hora, segun la posicion del sol, vi como se acercaba el dichoso cargamento, por lo que sali a su encuentro, dandome a conocer como el ninja enviado de Konoha, encargado de su seguridad hasta que llegaramos a la tranquilidad de la aldea. Buenas tardes, soy Elegy Shizuma, Chunin de Konoha, y estaré a cargo de escoltar su cargamento. le dije al lider de la caravana, un hombre entrado en años, pero amable y gentil. Echas las presentaciones, y una vez me pusieron al tanto de la situacion y demas cosas que indage, volvimos a ponernos en marcha, patrullando yo de vez en cuando, siempre atento a cuaquier movimiento extraño en las proximidades del cargamento. Siempre en movimiento, caminaba al frente, pero tambien me cruzaba hacia los costados, y miraba hacia atras cada cierto tiempo, en estado de alerta permanente, ya que habia sido advertido de que probablemente hubiera ladrones en las cercanias del desierto, aprestandose a sacar partido del cargamento que escoltaba. Asi pues, comenzaba mi primera mision de rango B, como Kunoichi de Konoha. La travesía seguia su curso con normalidad, aunque el sol del mediodia empezaba a hacer estragos en la vision y generaba cansancio y sed, por lo que decidimos parar unos momentos para reponer fuerzas y comer algo. Levantamos unas carpas que los empleados llevaban para casos como este, donde al terminar nos sentamos, disfrutando de la sombra y una austera pero exquisita comida, preparada para saciar y fortalecer con poco. Unos sorbos de agua terminaron por fin de devolverle la frescura a mi cuerpo, y aunque ya estaba listo para volver al ruedo, preferi quedarme un rato mas sentado alli, aprovechando el breve descanso, ya que seria uno de pocos, puesto que el cargamento debia llegar con la mayor celeridad a la aldea. Desde mi posicion en la entrada de la carpa, podia ver perfectamente todo el perimetro establecido alrededor de la mercancia, una proposicion mia, para una mayor seguridad de la carga. En un momento dado, no sabria decir si por el calor o cansancio acumulado, mis ojos comenzaron a cerrarse, pero logre re-abrirlos justo en el momento en que una sombra se escurria rapidamente entre las carpas, en direccion al centro, donde se encontraba el cargamento. Rápidamente gire la cabeza hacia el interior de la carpa, y en una rapida cuenta mental, me di cuenta que todos los alli presentes eran en efecto la totalidad de las personas encargadas de la caravana, por lo que esa sombra tenia por dueño a una persona ajena a nosotros. Con gran velocidad, saque un kunai y me apresure a seguir a la sombra por donde habia desaparecido, recorriendo todo el perimetro en busca del extraño. Luego de revisar minuciosamente cada rincon de la estancia, di por hecho que nadie habia alli, por lo que de diriji donde el encargado, para comunicarle la noticia.

Debemos continuar nuestro camino.

Dicho esto, levantamos el campamento y seguimos camino, ahora mas alerta que nunca. Un tiempo habia pasado ya del ultimo descanso, gracias a la posicion del sol, pude deducir que mediaba la tarde, faltando todavia un tiempo mas para el atardecer, cosa que trataria de evitar en lo absoluto, para evitar cualquier tipo de sorpresas. Seguia con mi trabajo, dando cada tanto un sorbo de agua de mi cantimplora, pero solo mojando los labios, el agua era un recurso muy preciado en el desierto, escaseaba y se sucedian muchas cosas horribles en pos de conseguir un poco de ella. En un momento dado, de la nada encontramos un cuerpo a la vera del camino, era un hombre, aproximadamente unos 30 años, no podia decirlo con exactitud, estaba medio inconsciente y deshidratado, por lo que le dimos de beber algo de agua, y lo subimos a la caravana, estando yo con el, para asegurarme de que estuviera bien, para poder proseguir con mi guardia. Algo no me sonaba bien, pero por las dudas, redoble la vigilancia, especialmente, hacia donde habiamos dejado al hombre extraviado. Habia aprendido a desconfiar de quien sea, asique esto me generaba muchas dudas, en tal caso, cuando llegaramos a la aldea, hariamos las averiguaciones pertinentes. Mientras caminaba, escuche movimientos en la estancia donde descansaba el hombre que habiamos encontrado, asique me apreste a hablar con el, para saber como se sentia, y, sobre todo, la causa por la que lo habiamos encontrado en ese estado. Buenas tardes, soy la encargada de la seguridad, estamos en una caravana, y lo transportamos hacia Konoha, alli lo revisaran asi que no se preocupe. Me sente a su lado, el hombre, recostado, abrio minimamente los ojos, y con una voz un tanto ronca, pidió agua, que le fue suministrada de inmediato. Luego de un rato, y ya algo recuperado, al menos del habla, entablamos una amena pero entrecortada conversacion, donde me entere que el hombre habia sido victima de asaltantes, y que habia sido el quien rondaba nuestro campamente horas atras, en busca de agua y ayuda, pero que al no encontrar a nadie, habia seguido camino.

Esa parte de la historia me resulto algo dudosa, ya que, segun recordaba, el ambiente dentro de la carpa que habiamos ocupado, estaba cargado de risas y voces alegres, que se escuchaban perfectamente desde fuera, pues lo habia comprobado al salir a revisar. Una fugaz sombra cruzo mi mirada, de lo que me repuse al instante, pues no queria levantar sospechas de nada, y menos si se daba el caso de estar yo equivocado. Proseguimos en charla, tocando temas mas banales, y al rato decidi salir, y retomar mis obligaciones, saludando cordialmente a nuestro invitado. Al llegar a mi puesto nuevamente, mi mirada recorrio todo el terreno limitrofe, no queria ninguna sorpresa. Luego de algunas horas de ininterrumpida caminata, de la nada salio un kunai, que fua a clavarse a unos 2 metros de donde estaba parada, señal que hizo que confirmara mis temores. Estamos siendo seguidos por ladrones. Inmediatamente saque un kunai, me puse en posicion y gire la cabeza, a tiempo para ver como el extranjero salia de su, por decirlo de alguna manera, camarote, y acuchillaba a uno de los empleados de la caravana. Di rápidamente la voz de alerta, a lo que todos los presentes desenvainaron cuchillos y esperaron ordenes; por mi parte, con una flecha me diriji hacia el ladron infiltrado, con el solo objetivo de darle muerte, y mientras me trenzaba en lucha con el, pude percibir como el grueso de la banda caia sobre nosotros. Una carniceria se estaba llevando a cabo a nuestro alrededor, los empleados eran bravos guerreros, y daban pelea a los malvivientes que nos estaban intentando atracar. El momento de poner a prueba mi entrenamiento en campo habia llegado La batalla habia comenzado, llevabamos poco tiempo peleando, pero ya podia vislumbrarse algun que otro cadaver por alli tendido, tanto de un bando como del otro. Por mi parte, estaba luchando mano a mano con el que pensamos era un pobre hombre extraviado, pero que habia resultado ser el cabecilla de esa banda de asaltantes. Mientras luchaba, en algun momento de respiro, impartia ordenes a aquellos hombres que tan valientemente hacian frente a la adversidad, valiendose de alma, corazon y cuchillo. Mi mirada hacia el malnacido que habia abusado de nuestra amabilidad era gelida como el mas frio hielo, ya no habria perdon, solo muerte. Mientras mas avanzaba la lucha, algunos cuerpos mas caian sin vida sobre el arido desierto, pero para tranquilidad mia, note que eran de ladrones, y nuestras bajas podiamos contarlas solo con los dedos de una mano. Rogaba para que los empleados de la carava tuvieran la suerte de salir con vida de este desacierto. En un momento de descuido, el malviviente con quien peleaba logro hacerme un buen corte en el brazo izquierdo, a lo que me eche para para atras, y rapidamente corte un retazo de mis ropas y me vende como pude. Se habia atrevido a herirme, eso no tendria ni perdon ni compasión. Como una flecha me avalanze sobre el, y tomandolo del cuello lo levante del suelo, lo golpee nuevamente contra la caravana, y comenze a darle golpes de puño y patadas, algunas de las cuales me eran devueltas, pero poco a poco con menor intensidad. A mi alrededor, la lucha seguia su curso, ya casi sin causar bajas, pero si hiriendo considerablemente al bando agresor. Nadie se habia percatado de la lucha que se estaba llevando a cabo entre el jefe de los ladrones y yo. En un momento, cuando ya las fuerzas me estaban menguando, decidi darle el golpe de gracia al maldito que tenia frente a mi. Con un duro y certero golpe en el rostro, logre desestabilizarlo, asique aproveche y, tomandolo del cuello y estampandolo contra la caravana, lo inmovilize y pose un kunai sobre su cuello. Me quede mirando unos momentos el cadaver, y en ese momento lo comprendí. Al ver a su lider muerto a mis pies, huyeron en desbandada en todas las direcciones imaginables. Cobardes.

Habiamos triunfado. Pero aun no debiamos cantar victoria. El cargamento no estaria totalmente a salvo hasta llegar a Konoha. La batalla habia terminado, y se habia decantado a nuestro favor. Solo nos restaba recoger respetuosamente los cadaveres de quienes habia muerto valerosamente protejiendo el cargamento, que por cierto, habian sido, por ventura, demasiados pocos, 4 en total. No asi, fue la suerte de los bandidos, quienes a nuestras perdieron a 15 de los suyos, a quienes apilamos a un costado del camino, y cuando reanudamos camino, prendimos fuego y dejamos una señal para futuros ladrones, para que supieran las cosecuencias que sus actos pudieran desencadenar. La caminata, luego de tal horible incidente, se habia vuelto silenciosa, quizás quebrada por algun sollozo aislado frente a la perdida de un amigo y compañero. Mas alla de eso, lo que restaba de tarde se escurria en silencio y tranquilidad. Casi llegando la noche, por fin hicimos contacto con la aldea, y dandome a conocer a los guardias como ninja de Konoha, nos dejaron pasar inmediatamente. Una vez dentro, comenzaron las tareas de descargar la caravana, y preparar a los cuerpos para el digno regreso a su tierra, donde seguramente serian recibidos como héroes. Me sente cerca de la entrada y mire a esos hombres que habia luchado hombro con hombro valientemente, y una sombra me opaco parcialmente: era el dueño de la caravana, quien habia sobrevivido al ataque, y que me dio las gracias por mi ayuda. Ahora si. El cargamento habia llegado sano y salvo a la aldea. Mucha sangre habia sido derramada para que esto se concretase, pero gracias al esfuerzo y heroismo de quienes lo custodiaban, ahora la aldea tenia las provisiones que necesitaba. Por mi parte, podia estar tranquilo de que habia dejado todo por llevar a cabo mi mision con éxito.

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