Por fin había llegado ese día con el que llevaba años soñando, era el momento que tanto había imaginado en su mente en demostrar su gran valor, sus hazañas de combate y actitudes, pero todo esto se trunco cuando su sensei le comento su primera misión. Había acudido raudo como el viento a su encuentro y no tardo mas de un cuarto de hora en encontrarse con Hinata sensei, bajo un árbol en la plaza esperándole con esa resplandeciente sonrisa que la caracterizaba. Al contrario de ella en el cuerpo de Slyzt famoso por su templanza y ferocidad en el entrenamiento, se mostraba un continuo nerviosismo invadiendo su cuerpo.

Hinata le revolvió el pelo como si fuera un gesto materno, que pese a parecer infantil le calmo levemente mientras escuchaba su misión. Inicialmente al escuchar la misión, se había sentido bastante decepcionado, pues esperaba algo más peligroso que le pusiera a prueba. Aun así pese a la decepción inicial sabia que si quería realmente llegar a lo más alto debía escalar poco a poco, ya que una casa no se construía por el tejado. Aunque estaba claro lo haría sin duda alguna, pues era el objetivo para el cual había nacido

Por ello sin dudar se preparo para su misión nocturna de guardia y cenando antes de tiempo, a la vez que anteriormente se tomo una siesta para así evitar dormirse durante su misión, acudió desde las nueve a comenzar su ronda de vigilancia al muelle. El camino normalmente era largo y dificultoso, teniendo que surcar distintos callejones y zonas muy transitadas, pero con el entusiasme y energía del joven genin ese camino realmente se hizo por primera vez bastante corto, pero sabia que eso solo era el comienzo.

El muelle era un lugar bastante transitado por eso de las nueve y diez de la noche, pues era el momento de embarcar algunas mercancías y sacar otras para reponer lo del día siguiente, del mismo modo que venían la mayoría de últimos barcos, pues lógicamente se prefería dormir en un cómodo lecho en tierra firme a en un camastro duro y en continuo movimiento como era en un barco. Por todo ello y mucho mas que cualquiera se puede imaginar, era uno de los puntos mas importantes de su villa y hoy estaban bajo su responsabilidad.

Con todo ello y sin problema alguno pasaban las primeras horas, aunque el Lobo Oscuro preguntaba sobre la mujer que lloraba y algunos mercaderes aseguraban haberla visto u oído, pero poco mas les lograba sacar, pues eran muy cobardes y jamás se atrevieron a hablar o acercarse a ella. Fue a eso de las dos de la mañana, mientras Slyzt observaba todo el muelle sentado en un gran montículo de cajas se sorprendió al escuchar unos desgarradores llantos de una mujer, unos lamentos que calaban hasta el alma y trasmitían tanto pena como dolor, pero al contrario de los testigos el joven ninja se aventuro a hablar con la joven.

El acercamiento hacia ella fue lento, pero sabia que por ese camisón largo y blanco que llevaba, ese pelo sucio y desgastado, tan largo y negro que le cubría el rostro, era mas que normal que la gente se asustara, pero sin dudarlo le toco el hombro a la mujer y cuando esta se viro vio un rostro deteriorado por la tristeza y que lo único que realmente necesitaba era desahogarse y que alguien la comprendiera, cosa que Slyzt hizo hablando durante horas, tratando de animarla e incluso acompañándola a su casa, para a primera hora del día entregar gustosamente el informe de su misión cumplida.