El día había sido duro, el entrenamiento fue extenuante pero mereció la pena, pronto conseguiría el emblema de la aldea, símbolo de que ya era un gennin y podría acceder a mayores conocimientos. Caminaba feliz por la calle, la suave brisa lo revitalizaba y el frescor del medio hacia que su cuerpo reaccionara con pequeños escalofríos, pero no le importaba, ahora estaba mas contento, ya solo quedaba hablar con el kage para que le otorgara el rango que tanto deseaba y que esperaba merecer. Ahora las calles ya estaban abarrotadas de personas para molestia de Daisuke, este intento avanzar sin chocar con nadie, pero según las zonas le era imposible, cada tanto tenía que parar a disculparse por un empujón, o un pisotón o cualquier otro motivo y no consiguió recorrer casi camino. Pronto llego a una zona mas despejada donde recupero el tiempo perdido y tras esto, casi al instante, pudo ver su objetivo, la torre del kage.

La torre era una especie de globo que se alzaba sobre el pico más alto, era llamativa y se podía ver desde cualquier punto, pero una vez situado debajo aun parecía más grande, hasta el punto de que Daisuke miro hacia lo más alto y le dio vértigo. Sin perder mas tiempo entro dentro de esa torre, le costo su esfuerzo llegar a lo alto, el cansancio del entrenamiento era evidente. Ascendió asta la planta donde se encontraba el despacho del Raikage, o eso le comunicaron los guardias de la entrada. Llamo levemente a la puerta, un par de golpecitos, no quería molestar mucho y se aventuro a abrir y a asomar la cabeza con el permiso de pedir disculpas por la interrupción.

La sala que se abrió ante el era amplia, una gran cristalera era lo mas llamativo ya que desde ella se podía ver todo Kumo. Ahora ya estaba dentro de aquella sala y armándose de valor superando sus miedos hablo, “Buenos días” hizo una pequeña reverencia mostrando la sumisión de su rango inferior “Me gustaría poder adquirir mi nuevo rango ya que termine mi entrenamiento de las técnicas básicas” no alzo el rostro del suelo, solo espero la respuesta.

Se encontraba en su despacho… bueno más bien en el despacho del Raikage, ahora como mano derecha tenia que tomar su puesto en su ausencia, esto no le gustaba, cuando le dieron el rango no le mencionaron nada y ahora ahí estaba, al lado de montañas de papeles para clasificar y otros para responder sin saber aun el que… suspiro, aquello le abrumaba, lo único que esperaba es que pronto regresara Ikuto y recuperara su puesto, y mas ahora que tenia tanto que hacer a parte del trabajo del raikage… se levanto un momento, alejándose de su sitio, para luego girarse y comenzar a mirar la ventana, ahora entendía por que a Ikuto le gustaba tanto hacerlo, o por lo menos lo intuía, esto le trasmitía fuerzas, saber que tanta gente respondía a lo que el dijera y el ser responsable de todos ellos lo animaba, tenia que ser lo mejor para la aldea, incluso sacrificar todo por ella…

Regreso a la montaña de papeles, nuevas inscripciones, solicitudes de comercio, permisos de acceso… ahí había de todo menos orden, “¿Por qué no me dijeron antes esto?” se lamento en bajo por el tiempo que perdió dejando que todo se acumulara, quizá no era su posición aquella cuando miro de nuevo a la ventana y luego a Apolo que se encontraba recostado delante de la mesa, tranquilo, impasible, como si no le importara lo que le sucedía cuando de repente alzo la cabeza, pareció escuchar algo y así fue, acto seguido golpearon levemente la puerta, llamando así la atención de Daisuke que alzo el rostro entre los papeles para ver quien llamaba “Adelante” dio el paso.